
Calificación: 4 sobre 5.
El filme más personal y menos violento del extravagante director Quentin Tarantino.
Se trata de una recreación histriónica del Hollywood de los años 60, concretamente de 1969, antes de los asesinatos de la familia de Charles Mason.
Tarantino nos traslada a la época de la pérdida de la inocencia, describiéndonos a unos personajes que luchan con sus problemas más íntimos y con los sueños no cumplidos a medida que van cumpliendo años.
El realizador homenajea es esta comedia dramática a aquéllos que han trabajado en la industria del cine y que han sido olvidados.
Reúne a dos de los actores más emblemáticos del panorama cinematográfico actual: Leonardo DiCaprio y Brad Pitt. El primero da vida a Rick Dalton, una estrella de la televisión, protagonista de la serie "Bounty Law", un hit de los años 50 y 60, que se siente deprimido por no haber dado todavía el salto a la gran pantalla.
El Hollywood de esos años había evolucionado hacia una estética más hippie, y Rick comienza a dudar de si mismo, planteándose que quizás su momento de gloria haya pasado a la historia.
Al lado de Rick, está Cliff Booth (Brad Pitt), ex heróe de guerra y con un pasado oscuro. Convertido en especialista en las escenas de acción para Rick. (En aquélla época la amistad de actor/especialista se matenía para toda la vida). Cliff será algo más que su amigo y algo menos que una esposa, tal y como se refleja en la película. Una amistad entre dos hombres que sienten que sus mejores años se han esfumado. En Hollywood lidiar con esos sentimientos es especialmente dramático, ya que entre el éxito y el fracaso existe una línea muy fina.
La cinta nos muestra una mezcla de personajes reales y ficticios (Rick y Cliff). Al Pacino da vida a Marvin Schwarzs un agente dedicado a vender westerns italianos; Margot Robbie interpreta a Sharon Tate, Dakota Fannin es una de las siervas de la familia Manson.
Personalmente me temí lo peor al enterarme que la película trataba el tema de los asesinatos perpretados por la familia de Charles Manson; sin embargo, Tarantino ha sabido dar luz y reescribir la historia imaginando un desenlace más acorde para la feliz década de los años 60, en homenaje al espíritu de libertad de aquéllos tiempos.
A pesar de tener un ritmo lento, me mantuve atenta durante todo el filme para conocer las vicisitudes de esos personajes que se enfrentan a sus adversidades más íntimas; y, sobre todo, para comprobar cómo el director de Pulp Fiction, recrea este magnífico homenaje a toda una forma de entender la vida y la cultura.
La interpretación de DiCarpio, espectacular.