Calificación: 3 sobre 5. (Buena).
El film narra la historia de un surfista canadiense, Nick (Josh Hutcherson, visto en la saga "Los juegos del hambre"), que llega a las playas de Colombia junto a su hermano, creyendo que han encontrado el paraíso. Una vez allí, el protagonista se enamora de la sobrina del narcotraficante más famoso de todos los tiempos: Pablo Escobar (Benicio del Toro). Nick, muy a su pesar, se adentrará en la organización criminal, convirtiéndose su vida en una auténtica pesadilla.
Peculiar thriller en el que debuta como director y guionista, el también actor italiano, Andrea Di Stefano.
No se trata de un biopic del capo de la droga, es más bien un cuento de ficción en el que Pablo Escobar es el contrapunto del ingenuo Nick, quien representa la pérdida de la inocencia de un país, el de Colombia; que amó y odió apasionadamente y en la misma proporción, en un momento dado (años ochenta-noventa), al mayor sanguinario hasta la fecha del narcotráfico. Fue considerado el criminal más rico de la historia con una fortuna aproximada de 30 billones de dolares en 1993, el año de su fallecimiento.
El cineasta nos presenta a un Pablo Escobar con dos personalidades: una familiar y comprometida socialmente con un pueblo necesitado de esperanza. Una especie de Robin Hood que traficaba con cocaína y a la par hacía obras benéficas a favor de los más pobres; pero también a un hombre que se convirtió en un monstruo, que llegó a creerse Dios; de hecho, hay un momento al final del largometraje en que lo pone de manifiesto.
Benicio del Toro se hace dueño de la historia sin llegar a ser el protagonista principal. Aunque el film se centra en el romance de postal entre Nick (un soso, Josh Hutcherson) y la sobrina del narco: "María" interpretada por la española Claudia Traisac; es, en mi opinión, la parte más floja de la película. Ésta cobra interés cada vez que sale en escena la inteligencia interpretativa de Benicio, quien se come la cámara literalmente. Se ha convertido en la mejor opción para encarnar personajes con carisma por su contundente físico y sus soberbias interpretaciones.
Steven Soderbergh le dirigió en dos trabajos fundamentales en su prolífica carrera: "Traffic" (2000), donde ganó el Oscar al Mejor Actor de Reparto; y en el díptico sobre Ernesto Guevara: "Che: El Argentino" y "Che: Guerrilla", ambas de 2008. Todas recomendables.
Di Stefano sabe reproducir en la pantalla una fuerte tensión en los momentos de más violencia del film, como cuando intenta dar caza al joven Nick que, tras desobedecer el código criminal de quien con el paso del tiempo se ha convertido en su familia y jefe, es capaz de plasmar una brutalidad poco vista en el cine hoy en día. Sorprende que sea su primera película como director.
En la cinta participan dos españoles. No sólo Claudia Traisac, un bellezón que aún le queda mucho recorrido por delante, sino también un solvente Carlos Bardem, que borda su papel de acólito de Pablo Escobar.
El mejor: Benicio del Toro, sin duda.
El film narra la historia de un surfista canadiense, Nick (Josh Hutcherson, visto en la saga "Los juegos del hambre"), que llega a las playas de Colombia junto a su hermano, creyendo que han encontrado el paraíso. Una vez allí, el protagonista se enamora de la sobrina del narcotraficante más famoso de todos los tiempos: Pablo Escobar (Benicio del Toro). Nick, muy a su pesar, se adentrará en la organización criminal, convirtiéndose su vida en una auténtica pesadilla.
Peculiar thriller en el que debuta como director y guionista, el también actor italiano, Andrea Di Stefano.
No se trata de un biopic del capo de la droga, es más bien un cuento de ficción en el que Pablo Escobar es el contrapunto del ingenuo Nick, quien representa la pérdida de la inocencia de un país, el de Colombia; que amó y odió apasionadamente y en la misma proporción, en un momento dado (años ochenta-noventa), al mayor sanguinario hasta la fecha del narcotráfico. Fue considerado el criminal más rico de la historia con una fortuna aproximada de 30 billones de dolares en 1993, el año de su fallecimiento.
El cineasta nos presenta a un Pablo Escobar con dos personalidades: una familiar y comprometida socialmente con un pueblo necesitado de esperanza. Una especie de Robin Hood que traficaba con cocaína y a la par hacía obras benéficas a favor de los más pobres; pero también a un hombre que se convirtió en un monstruo, que llegó a creerse Dios; de hecho, hay un momento al final del largometraje en que lo pone de manifiesto.
Benicio del Toro se hace dueño de la historia sin llegar a ser el protagonista principal. Aunque el film se centra en el romance de postal entre Nick (un soso, Josh Hutcherson) y la sobrina del narco: "María" interpretada por la española Claudia Traisac; es, en mi opinión, la parte más floja de la película. Ésta cobra interés cada vez que sale en escena la inteligencia interpretativa de Benicio, quien se come la cámara literalmente. Se ha convertido en la mejor opción para encarnar personajes con carisma por su contundente físico y sus soberbias interpretaciones.
Steven Soderbergh le dirigió en dos trabajos fundamentales en su prolífica carrera: "Traffic" (2000), donde ganó el Oscar al Mejor Actor de Reparto; y en el díptico sobre Ernesto Guevara: "Che: El Argentino" y "Che: Guerrilla", ambas de 2008. Todas recomendables.
Di Stefano sabe reproducir en la pantalla una fuerte tensión en los momentos de más violencia del film, como cuando intenta dar caza al joven Nick que, tras desobedecer el código criminal de quien con el paso del tiempo se ha convertido en su familia y jefe, es capaz de plasmar una brutalidad poco vista en el cine hoy en día. Sorprende que sea su primera película como director.
En la cinta participan dos españoles. No sólo Claudia Traisac, un bellezón que aún le queda mucho recorrido por delante, sino también un solvente Carlos Bardem, que borda su papel de acólito de Pablo Escobar.
El mejor: Benicio del Toro, sin duda.