Calificación: 4 sobre 5.
La película de Martin Scorsese se presenta como una hazaña épica sobre el crimen organizado en EEUU, a través del relato de Frank Sheeran (De Niro), un veterano de guerra, camionero y asesino a sueldo apodado "El irlandés" que trabajó para algunos de los mafiosos más destacados del siglo XX, como Russell Bufalino (Joe Pesci) -su mentor- y Angelo Bruno (Harvey Keitel).
La cinta se centra en la misteriosa desaparición del legendario presidente del sindicato de camioneros Jimmy Hoffa (Al Pacino) para el que Sheeran trabajó, y nos muestra -a través de varias décadas- las andanzas del crimen organizado, las conexiones con los principales políticos de la época, los entresijos y el funcionamiento de la mafia.
El realizador hace uso de nuevo de la voz en off como hilo conductor del metraje con unos excelentes diálogos y una exquisita banda sonora; así como, un reparto actoral sobresaliente, donde destacan Pesci, De Niro, Pacino y un desaprovechado Harvey Keitel.
Sin embargo, la tecnología de rejuvenecimiento facial que se ha usado en los actores para aparentar la edad que tenían sus personajes en aquella época, no termina de convencerme. Por ejemplo, el color de ojos de Robert de Niro resulta artificial. Desde luego, lo que esta técnica no puede digitalizar es la forma de moverse de los protagonistas...
Lo mejor sin duda de "El irlandés" son las conversaciones entre los personajes, fundamentales para poder entender el nexo que existió entre los protagonistas y cómo van desarrollándose a medida que las dificultades van apareciendo y a las que deben hacerle frente.
En la cinta existen tres actos. Los dos primeros con más ritmo donde vemos muerte y violencia; y en el tercer acto, el más conmovedor del metraje, con un discurso sobre el remordimiento y el envejecimiento, un acto incómodo que cierra la película de una manera magistral.
Brillante, como siempre, ha estado Scorsese utilizando el tiempo como instrumento narrativo y el modo en que se representa, alternando las distintas etapas sin que el relato flaquee durante las tres horas y media que dura el largo.
En cuanto a los actores. Pesci, encarna el monstruo taimado, respetado por todo el hampa y que transmite todo con una simple mirada. De Niro, más contenido y sereno que en otras actuaciones, pero capaz de demostrar amargura y soledad de una manera consciente. Pacino, en mi opinión, el mejor. Está desatado.
Tampoco falta el sentido del humor en las pequeñas pausas que se hacen para aclarar cómo terminaron las vidas de algunos de los personajes.
Imprescindible película.